miércoles, 2 de marzo de 2011

Consideraciones sobre Cimientos Continuos y Aislados.


La   cimentación  continua es  la más  generalizada  sobre   terreno   seco. Su base de sustentación no se halla  interrumpida, caracterizándose  por su uniformidad  en  cuanto   a  profundidad  y  anchura.

Cuando para  encontrar el firme debe excavarse a profundidades superiores  a  3  metros,  no  es  aconsejable,  desde  el  punto  de  vista  económico,  el cimiento  continuo,  recurriéndose  entonces  a   los macizos  aislados  o  al   impropiamente  llamado  cimiento  discontinuo.

Cimentación  discontinua es  la formada por  una base  de pilares y  bóvedas  u  otro   sistema  similar   sobre  las que  se  establecerá   la  obra  de  fábrica.

En  vez de  efectuar  la excavación  en  zanjas  se  procede del modo  siguiente:

1.º   Excavación  y   relleno  de  pozos de  cimentación  que  estarán  separados unos de otros, como máximo, de 3 a 4 metros. El  material de relleno de estos POZOS,  es el hormigón. También  se  utiliza  el  ladrillo   si  se construyen sótanos.


2.º  Construcción de arcos  entre pozo y  pozo de cimentación. Estos   arcos son de obra de fábrica o de hormigón   (sin armar  o armado).

3.º  Cimentación  continua   sobre   la  base   anterior   formada  con  obra  de fábrica  corriente.

Se  procurará  disponer  los  pozos en   los  puntos  más  cargados   (ángulos, entrepaños,  etc.).  Pueden  tener  sección  rectangular  o  circular,  siendo  sus 
diámetros  normales  de 1'40  m  para   las   esquinas  y  1'20  a  1'30  m  para   los restantes.







Los  arcos  pueden  construirse  de  medio  punto  (fig. 23)  y,  caso  de  que los pozos estén muy distanciados unos  de otros, pueden ser arcos rebajados unidos, además  por  una  varilla de hierro para  contrarrestar empujes, como puede  observarse en la figura  24.


Puntos  de carga concentrada pueden dotarse de macizos suplementarios debajo  del  cimiento  general  y  de  ancho  mayor  que  éste  (figs.  25  y  26).


Una  forma  de  repartir   sobre  el  terreno  la  presión  de  pilares  aislados, consiste en  la construcción  de bóvedas invertidas.  Sus  arranques se disponen  bajo  los  zócalos  de   los  distintos  pilares  de cimentación,   tal  como  se indica  en  la  fig.  27.







Las cimentaciones aisladas  totalmente son, de ordinario, para elementos muy cargados  y  de  una  superficie  reducida,  por  lo  que  el  cimiento  debe disponerse de  forma  que la carga se reparta en  la  mayor superficie  posible.

Esto  puede  solucionarse  dando  al  cimiento  una  sección   troncopiramidal  (fig. 28) o bien   escalonada  (fig. 30 y 31).

El  bloque  B   (fig.  28)  tiene  por  misión  trasladar  la  carga  P  que  actúa sobre  el  pilar  A  a  una  subcimentación  C. 

En caso de pilares de hormigón armado, éste se continúa en el  cimiento adoptando  una  sección   troncopiramidal,  confeccionándose  con  el  mismo hormigón  del  pilar  (fig. 29).

En  caso  de  cimentación  aislada  de  columnas  de  piedra  o  hierro,  los bloques están   formados  por  losas del mismo  material,  cuya misión es  trasladar   la  carga  sobre  una mayor  superficie  hasta   llegar  al  bloque de  cimentación  (fig.  30).


Las  zapatas   tienen  como  misión  disminuir  la  presión  vertical  sobre  un terreno,  de  un  elemento  cualquiera  utilizando  el  procedimiento del  zampeado  (o escalonado), que   consiste en  aumentar   la  superficie  del  cimiento progresivamente  para  que,  al  repartirlo  entre  mayor   superficie,  disminuya la  presión  por  centímetro  cuadrado.  En   la  figura  31  puede  verse  cómo   se disponen  las  zapatas  de  diferentes  materiales   para  reducir   la  altura  de   la zapata.

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